PROYECTO EDUCATICO
Acompañamiento
Acompañamos creando un espacio de seguridad, tranquilidad y amor incondicional.
Para ello necesitamos que no existan peligros, ni agresividad, que haya normas y límites claros, un ambiente preparado y unas propuestas y ofrecimientos ricos, variados y en función de sus intereses y puedan suponer retos óptimos para cada criatura.
Percibir en las niñas/os sus necesidades y procesos dentro de un contexto, así como dificultades y carencias para poder dar una respuesta lo más adecuada posible.
Acompañamos con amor incondicional que significa amar a las criaturas por quienes son y no por lo que hacen (amor condicional).
El acompañamiento con amor condicional supone que las/os peques conseguirán ese amor si actúan de unas determinadas maneras exigidas por la adulta/o (acompañante o familia) y esas condiciones tienen que ver, generalmente, con portarse bien o con conseguir unos logros concretos.
Mientras que el amor incondicional no depende de cómo actúan las niñas/os, ni de si tienen éxito o no, ni de si se comportan bien, ni de ninguna otra cosa.
Cada uno de estos dos estilos de acompañamiento o crianza se apoyan sobre un conjunto específico de creencias sobre psicología, sobre los niños e incluso sobre la
naturaleza humana.
– El enfoque condicional está íntimamente relacionado con el “conductismo” que se asocia a B.F.Skinner. La característica principal es que se centra exclusivamente en el comportamiento. Además, se cree que todos los comportamientos empiezan y terminan, van y vienen, solamente en función del “refuerzo” que reciben. Los conductistas asumen que todo lo que hacemos puede explicarse en función de que produzca una recompensa de algún tipo, tanto si es ofrecida deliberadamente como si sucede de forma natural.
– En resumen, las fuerzas externas, tales como los premios y los castigos recibidos por haber hecho algo, son las causantes de nuestra forma de actuar, y nuestra forma de actuar es la suma total de quienes somos.
“Crianza incondicional” de Alfie Khon
Los conductistas se quedan en el comportamiento, en la superficie. No se trata u ocupan de quienes son las criaturas, qué piensan, qué sienten, qué necesitan. Olvidan los motivos y los valores: la idea es solo cambiar lo que hacen.
La crianza incondicional asume que los comportamientos son solo la expresión externa de sentimientos, pensamientos, necesidades e intenciones. Es el niño que lleva a cabo una conducta lo que importa, no solo la propia conducta.
La interpretación de las criaturas según la crianza condicional es que, si se les da media oportunidad, las criaturas se aprovecharán. Dales la mano y te tomarán el brazo. Refleja una visión negativa de los niños y por extensión de la naturaleza humana. La aceptación sin condiciones será interpretada como permiso para actuar de un modo egoísta, demandante, avaricioso o desconsiderado. La crianza condicional se basa en la creencia, de que aceptar a los niños por quienes son les da la libertad de portarse mal porque así es como son.
La elección entre acompañamiento condicional e incondicional es una elección entre dos visiones diferentes de la naturaleza humana.
Desde El Espacio de la Flor Growing Together creemos que las criaturas crecerán y se desarrollarán con bienestar, salud mental, aceptación y ayuda hacia los demás, cuando son tratadas con respeto, cuanto más pueden ser soberanas de sus vidas (y tomar decisiones), y cuando se da por hecho que tienen buenas intenciones.